jueves, 14 de julio de 2016

Respuesta inmunitaria a la infección por Trichinella spiralis

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 12 de Agosto de 2009)
Trichinella spiralis es un nemátodo de 1-3 mm de longitud que tiene la particularidad de completar su ciclo vital en un solo huésped y residir en dos diferentes hábitats intracelulares. La transmisión ocurre cuando el músculo es ingerido con el parásito en primer estadio larvario, una vez en el intestino delgado las larvas invaden el epitelio del intestino delgado, maduran y se reproducen. En el intestino delgado el macho fertiliza a la hembra, tras lo cual muere y es eliminado con las heces. La hembra fecundada libera las larvas en un periodo de 4-5 días, penetran en las vénulas mesentéricas y se diseminan por el huésped, donde muestran afinidad por el tejido muscular estriado, invadiendo los miotubos diferenciados. En la fase de fecundación e invasión de las larvas del epitelio intestinal, el huésped puede presentar una gastroenteritis con náuseas, vómitos y dolor abdominal. Coincidiendo con el paso de las larvas al torrente sanguíneo se pueden objetivar fiebre y escalofríos, edema facial, especialmente palpebral, hemorragias sunconjuntivales, retinianas, diplopia y fotofobia. Puede aparecer un exantema maculopapular en tronco y extremidades. Es característica la presencia de miositis con mialgias espontáneas y a la presión: según los grupos musculares afectados se pueden evidencias disfagia, trismo, dolor retroorbitario.
Durante un periodo de 20 días los miotubos infectados remodelan la matriz citoplasmática, sintetizan una cápsula de colágeno y se induce la formación de una red vascular alrededor de la célula. Se forma de esta forma un quiste que tiene forma ovalada y un tamaño de 500 mcm, en su interior permanece la larva que puede permanecer infectiva durante varios años. La respuesta inflamatoria alrededor del miotubo infectado incluye la formación de un granuloma con abundantes macrófagos en la perifería. M. V. Fabre, D. P. Beiting, S. K. Bliss, and J. A. Appleton. Immunity to Trichinella spiralis muscle infection. Veterinary Parasitology 159 (3-4):245-248, 2009; sostienen la hipótesis de que la modulación de la respuesta inflamatoria por T. spiralis se realiza a través de la IL-10. En ratones genéticamente deficientes en IL-10 se ha podido comprobar una respuesta inflamatoria mas intensa con aumento de la miositis y disminución de la supervivencia de la larva en los quistes. A este respecto, la inhibición de la oxido nítrico sintetasa mejora la supervivencia de las larvas.
Los hallazgos de laboratorio que apoyan el diagnóstico incluyen leucocitosis con eosinofilia, aumento de las enzimas musculares e hipoalbuminemia con hipergammaglobulinemia con aumento de la IgE. La serología se positiviza a partir de la segunda semana de enfermedad. 
Los antígenos inmunodominantes de las larvas son distintos a las del gusano adulto, esta variación antigénica ocurre en un corto periodo de tiempo (36-48 h) requerido para que el gusano pase de la fase larvaria a la de gusano adulto. Los mecanismos de regulación inmune dirigidos por Trichinella spiralis estan encaminados a preservar la viabilidad del quiste. Durante la fase de infección muscular crónica los niveles de IgG1, IgG2 e IgE aumentan considerablemente y se produce una intensa respuesta Th2 en los ganglios linfáticos cervicales. Después de la estimulación del huésped por antígenos larvarios se induce la producción de IFN-γ , IL-10 e IL-5, se potencia una respuesta inflamatoria de tipo Th2 que favorece la supervivencia y viabilidad de los quistes.
Prof. Dr. José Uberos Fernández

Inmunidad innata e infección viral

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 23 de Septiembre de 2008)
Todos los organismos vivos han desarrollado diversos mecanismos para protegerse de la invasión por microorganismos, incluyendo los virus. La producción de anticuerpos neutralizantes, la activación de linfocitos T citotóxicos y células natural-killer (NK) son aspectos esenciales en la respuesta inmunitaria frente a los virus; sin embargo, otras células también poseen mecanismos de defensa frente a las infecciones virales. Los interferones (IFN) de tipo I son las principales citokinas implicadas en la respuesta antiviral, producidas por todas las células nucleadas del huésped, agrupan múltiples isoformas de IFN-α, IFN-β, y otros miembros como IFN-κ, IFN-ε. Por el contrario los interferones de tipo II (IFN-γ) tan sólo se producen en los linfocitos T y células NK. Por último, los interferones de tipo III, recientemente identificados, incluyen el IFN-λ1, IFN-λ2, IFN-λ3. No hace falta decir que cada tipo de IFN tiene diferentes receptores celulares y que a través de ellos se regula la expresión de diferentes genes, fomentando la formación de diferentes proteínas estructurales o induciendo la apoptosis celular. La expresión de los IFN de tipo I esta regulada por un sistema de señalización intracelular que reconoce patrones moleculares específicos de microorganismos, en el caso de los virus, los ácidos nucleicos virales que son reconocidos fundamentalmente por los receptores Toll-like (TLR), los receptores RLR y NLR.
  
Diversos virus se introducen en las células, estimulando la vía de endocitosis; todas las vesículas de endocitosis son inspeccionadas por los receptores endosómicos de inmunidad innata. Los receptores endosómicos TLR incluyen los TLR-3, TLR-7, TLR-8 y TLR-9. Los TLR-7 y TLR-9 se expresan en gran cantidad en las células dendríticas que en respuesta a su estimulación, producen grandes cantidades de IFN de tipo I. Recientemente se ha identificado una proteína del retículo endoplásmico (UNC93B1) que resulta esencial para la circulación de TLR-7 y TLR-9 hacia las vesículas endosómicas. Los TLR-7 reconocen diversos ligandos de virus RNA, por su parte los TLR-3 reconocen ligandos de RNA de doble cadena. Estos mecanismos de señalización los recogen en su trabajo Shohei Koyama, Ken J. Ishii, Cevayir Coban, and Shizuo Akira. Innate immune response to viral infection. Cytokine 2008; In Press, Otros receptores intracelulares como los RLR reconocen patrones específicos de gran variedad de virus incluyendo virus influenza, virus de la encefalitis japonesa y de la familia picornavirus y parece jugar un papel fundamental en el reconocimiento de virus RNA en células dendríticas, fibroblastos y macrófagos. El RNA de doble cadena no debe existir en las células del huésped, que es reconocido como un bioproducto de replicación viral a través de los receptores TLR-3 que activan la secreción de citokinas fundamentalmente IL-12. En contraste con el RNA de doble cadena, en RNA monocatenario existe no sólo en los virus, sino también en las células del huésped; para solucionar este problema el TLR-7 y TLR-8 y los receptores RLR reconocen secuencias de dinucleotidos GU y AU, frecuentes en los RNA monocatenarios de origen viral, como son los virus influenza y el HIV. Los TLR-9 reconocen el DNA no metilado y DNA viral, iespecialmente a través de la secuencia CpG no habitual en las células del huésped.
Además de los TLR endosómicos, los TLR-2 y TLR-4 estan implicados en el reconocimiento de virus en la superficie de la célula activando la producción de mediadores proinflamatorios. Los TLR-2 se ha demostrado que pueden detectar componentes del virus del sarampión, herpesvirus y hepatitis C. Los TLR-4 producen respuesta al contacto con retrovirus y virus respiratorio sincitial.
En el proceso de evolución y adaptación interespecies, los virus han desarrollado mecanismos diversos de inhibición de la respuesta de IFN de tipo I en las células que infectan. Por ejemplo, el virus vaccinia E3L y el virus influenza NS1 poseen proteínas capaces de inhibir la producción de IFN de tipo I.
Estas y otras observaciones plantean la hipótesis de que la respuesta de inmunidad innata del huésped es fundamental para la posterior respuesta de inmunidad adaptativa frente a una infección viral.
Prof. Dr. José Uberos Fernández

Inmunidad innata e infección tuberculosa

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 18 de Septiembre de 2008)
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 3 personas es portador latente de M. tuberculosis, pero tan sólo el 10% de ellos desarrollará a lo largo de su vida la enfermedad. Hoy sabemos que el riesgo de desarrollar la enfermedad es mayor en pacientes inmunocomprometidos, por lo que el papel de la inmunidad del huésped para contener la enfermedad parece fundamental. Aunque se están desarrollando diversas estrategias vacunales, hasta el presente la única posibilidad de vacunación es una cepa atenuada de M. bovis, también conocida como bacilo de Calmette-Guerin (BCG). Su eficacia puede oscilar entre el 20-80%, influenciada por el área geográfica donde se aplique. Además, durante la última década se han ido generalizando la aparición de Mycobacterias multiresistentes. Daniel S. Korbel, Bianca Schneider, and Ulrich E. Schaible. Innate immunity in tuberculosis: myths and truth. Microbes and Infection 2008; In Press, Uncorrected Proof; nos ofrecen esta revisión del estado de conocimiento actual del comportamiento de la inmunidad innata en la infección tuberculosa.
M. tuberculosis es habitualmente transmitido por vía respiratoria mediante aerosoles, las primeras células que encuentra el bacilo en su camino hacia la diseminación son los macrófagos alveolares y las células dendríticas. M. tuberculosis sobrevive en el interior de los macrófagos alveolares y en algunas ocasiones en el interior de las células dendríticas. Sólo los macrófagos activados por IFN- γ, que es secretado por las células natural-killer (NK) y linfocitos T bajo el estímulo de la IL-12 e IL-18 producidas por las células dendríticas, pueden eliminar al bacilo. La activación de las células dendríticas mediada por los receptores TLR implica la producción de moléculas coestimuladoras y citokinas proinflamatorias.
Las células dendríticas en contacto con material de la mycobacteria se activan a través de los receptores Toll-like (TLR) y migran a los ganglios linfáticos donde inician la respuesta inmunitaria específica. La IL-12 es sinérgica con la IL-18, ambas activan las células NK y desencadenan una respuesta inmunitaria de tipo Th1, donde lo mas destacable es la producción de IFN- γ, que como es dicho activa a los macrófagos para que su actividad microbicida sea mas eficiente, aumentando la producción de citokinas y factor de necrosis tumoral (TNF). En mas del 90% de los pacientes infectados la formación del granuloma tuberculoso supone un ciclo de activación y supresión del sistema inmune de cara a limitar la progresión de la infección, pero a la vez evitar que la respuesta inflamatoria desencadenada sea lo suficientemente intensa como para originar daño al huésped. Durante este periodo Mycobacterium tuberculosis reduce su metabolismo hasta permanecer en un estado de quiescencia en tanto los mecanismos de contención inmunológicos sean eficientes. En situaciones de inmunodeficiencia funcional los focos infecciosos aumentan el contenido caseoso y puede abrirse al exterior de los alveolos, diseminándose las mycobacterias con la tos. En el momento actual se admite que durante la fase latente de la enfermedad, los mecanismos innatos de inmunidad trabajan para contener la infección; sin embargo, cuando se produce la reactivación de la enfermedad no esta claro cual es el papel de la inmunidad innata.
Los neutrófilos presentan un amplio abanico de receptores capaces de reconocer bacterias tanto opsonizadas como no opsonizadas. La mayoría de las bacterias fagocitadas son rápidamente destruidas tras la fusión de los fagosomas con los lisosomas citoplasmáticos. Además, en respuesta al patrón de receptores estimulados el neutrófilo puede liberar citoquinas proinflamatorias como IFN- γ, TNF-α. Durante la fase de infección aguda se ha demostrado que se produce un aflujo de neutrófilos al lugar de la infección; algunas observaciones sugieren que la apoptosis de los neutrófilos con M. tuberculosis fagocitados puede modular la respuesta inmunitaria específica.
Tras la fagocitosis comienza el estadio de vida intracelular de la bacteria que se protege así, frente a otros factores humorales antibacterianos. M. tuberculosis ha desarrollado gran número de receptores que le permiten estimular la fagocitosis. Sabemos que M. tuberculosis se une al receptor del complemento CR3, a los receptores de manosa, la proteína A y D de surfactante y el CD14. Mediante la activación de estos receptores se facilita la entrada silente de M. tuberculosis en la célula sin disparar la cascada de reactantes oxidativos. En contraste la unión intracelular de antígenos de la micobacteria con receptores TLR origina la expresión de mediadores proinflamatorios. Los receptores TLR para Mycobacterias incluyen las uniones al dinucleotido CpG que es reconocido específicamente por el TLR-9. Lipoproteínas como la lipoproteína p19 de Mycobacterium tuberculosis tiene ligandos específicos en el TLR-2. El TLR-4 que se ha propuesto como un sensor para los lipopolisacáridos de las bacterias gram negativas también se ha propuesto como un receptor para mycobacterias.
En el momento actual existe controversia sobre si la reactivación de la tuberculosis latente, originando la enfermedad tuberculosa, se debe a una disminución de la inmunidad innata, de la inmunidad adaptativa o de ambas.  
Prof. Dr. José Uberos Fernández

Inducción de tolerancia oral específica (SOTI) en pediatría: Algunas evidencias

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 14 de Noviembre de 2010)
La prevalencia de alergia alimentaria mediada por IgE se estima entre 1.6 y 6% y habitualmente carecen de tratamiento; la exposición accidental a alguno de los alimentos responsables conlleva el desarrollo de graves reacciones alérgicas que pueden poner en peligro la vida del paciente. Algunos estudios han demostrado que las familias de hijos con algún tipo de alergia alimentaria tienen peculiaridade psicológicas que se traducen en mayor ansiedad y una calidad de vida reducida. Aunque la alergia alimentaria, en particular la alergia a leche de vaca y huevo, pueden resolverse de forma espontánea, muchos de estos niños continuan siendo alérgicos al llegar a la vida adulta.

La inducción de tolerancia oral específica (SOTI) se refiere a la progresiva exposición oral al alergeno responsable. Después de realizar SOTI, los niños pueden catalogarse de verdaderamente tolerantes si la tolerancia se demuestra después de una eliminación secundaria del alergeno con reexposición posterior. De esta forma se demuestra que el efecto inmunomodulador es mantenido y no debido a una tolerancia transitoria. El concepto de desensibilización no es nuevo, de hecho la desensibilización frente a neumoalérgenos ya ha sido demostrada en dos revisiones Cochrane.
A priori la edad de inclusión en SOTI, basándose en los estudios publicados, serian todos los pacientes alérgicos entre 0 y 18 años. En H. R. Fisher, G. D. Toit, and G. Lack. Specific oral tolerance induction in food allergic children: is oral desensitisation more effective than allergen avoidance?: A meta-analysis of published RCTs. Arch.Dis.Child, 2010; se compara la eficacia de SOTI en la inducción de tolerancia oral. Tras completar la revisión de la literatura los autores seleccionan 15 artículos que cumplen los criterios predeterminados de inclusión. Estos estudios son bastante heterogéneos y en todos ellos se aprecia tolerancia mas frecuentemente tras aplicar SOTI que tras placebo; sin embargo aunque este metanálisis demuestra que SOTI a alimentos es eficaz para inducir tolerancia el RR relativo de alergia después de SOTI es estadísticamente no siginificativo (RR=0.6: IC 95% 0.3-1.15), en consecuencia según este metanálisis, y a falta de mas estudios al respecto, SOTI no puede ser recomendado como método rutinario para inducir tolerancia.
Otros autores obtienen buenos resultados con la inducción de tolerancia en alergias alimentarias. En T. D. Green and A. W. Burks. Oral food desensitization. Curr.Allergy Asthma Rep. 10 (6):391-397, 2010; se desarrolla el protocolo SOTI en 6 sujetos con alergia al huevo. Se trata de un ensayo no controlado. Los autores recomiendan comenzar con la ingestión de 1 mg de clara de huevo, incrementando la cantidad ingerida al doble a intervalos de 30 minutos, hasta un total de 5 ingestas al día. La cantidad se va incrementando en días sucesivos hasta que aparezcan síntomas. Si el sujeto desarrolla síntomas se le administra adrenalina IM, antihistamínicos IV, oxígeno y salbutamol nebulizado. Según estos autores se puede inducir tolerancia al huevo en pocas semanas. En N. Itoh, Y. Itagaki, and K. Kurihara. Rush specific oral tolerance induction in school-age children with severe egg allergy: one year follow up. Allergol.Int. 59 (1):43-51, 2010; se obtienen conclusiones similares a las del trabajo de TD Green, comentado anteriormente.
Prof. Dr. José Uberos Fernández

Rinitis alérgica: Guía de tratamiento

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 29 de Marzo de 2006)
Esta patología afecta del 10 al 30% de los adultos y hasta un 40% de los niños; sin embargo, se sabe que su prevalencia ha aumentado en los últimos años. La rinitis alérgica es clasificada habitualmente en estacional o perenne. Los pacientes con rinitis alérgica muestran síntomas en respuesta a la exposición al polen al que están sensibilizados, por tanto su presentación será estacional dependiendo del área geográfica que consideremos. Por el contrario los pacientes con rinitis alérgica perenne, exhiben síntomas durante todo el año; los antígenos habituales que desencadenan este tipo de rinitis son ácaros del polvo, cucaracha, mohos, caspa animal y alergenos profesionales. Este tipo de rinitis alérgica puede incluir entre sus desencadenantes componentes no alérgicos, que funcionan como irritantes, se incluiría aquí el humo del tabaco.
La rinitis alérgica puede diagnosticarse rápidamente por el exámen físico, los cornetes nasales pueden estar edematosos o pálidos, hipertrofia faríngea, edema palpebral y las líneas de Dennie-Morgan. El prick-test o la determinación de IgE específica pueden ayudar a identificar el antígeno responsable.
Los síntomas mas comunes de la rinitis alérgica incluyen estornudos, rinorrea, congestión y prurito conjuntival, congestión nasal y cefalea, esta última especialmente frecuente en la rinitis perenne.


   El tratamiento de la rinitis alérgica debe orientarse a controlar los síntomas y evitar exacerbaciones de procesos asociados como sinusitis o asma. Se estima que el 40% de los pacientes con rinitis alérgica tienen asma concomitante.
La guía para el manejo de la rinitis alérgica se basa en el resultado de diversos ensayos clínicos aleatorizados y viene recogida en el artículo publicado por B. M. Prenner and E. Schenkel. Allergic rhinitis: treatment based on patient profiles. Am.J.Med. 119 (3):230-237, 2006. Las recomendaciones incluyen evitación del alergeno, tratamiento farmacológico escalonado e inmunoterapia.
  • Evitación del alergeno, que requiere identificarlo mediante prick-test y/o determinación de IgE específicas.
  • Los antihistamínicos orales de segunda generación son recomendados como primera línea de tratamiento. Los síntomas son controlados a la hora de su administración y generalmente son bien tolerados.
  • Antihistamínicos tópicos. El mejor estudiado es la azelastina que diversos ensayos clínicos le otorgan una efectividad similar a la cetirizina o loratadina oral. Se administra en dos dosis diarias y su efecto es rápido. Su principal inconveniente es el sabor amargo que deja en la boca reportado por el 20% de los pacientes.
  • Descongestivos nasales. La asociación de pseudoefedrina a los antihistamínicos orales ha demostrado ser mas eficaz que la administración de antihistamínicos solos.
  • Corticoides intranasales son muy efectivos en el control de los síntomas de la rinitis alérgica. También se observan efectos beneficiosos cuando se administran de forma profiláctica al menos 2 semanas antes del inicio de la estación polínica.
  • Antagonistas de los leucotrienos. Diversos ensayos han de mostrado beneficio con la asociación de antihistamínicos y Montelukast mucho mas que con la administración de antihistamínicos solos en pacientes con rinitis alérgica.
El primer escalón terapéutico de la rinitis alérgica incluiría la administración de antihistamínicos de segunda generación por vía oral. Si persisten los síntomas pasamos al segundo escalón que asocia además corticoides nasales tópicos y/o descongestivos nasales (pseudoefedrina). Si persisten los síntomas asociamos a lo anterior antagonistas de los leucotrienos.
 Prof. Dr. José Uberos Fernández

miércoles, 13 de julio de 2016

Omalizumab combinado con corticoides en el tratamiento del asma grave

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 15 de Diciembre de 2010)
Omalizumab es un anticuerpo monoclonal que tiene alta afinidad por los receptores IgE, en consecuencia bloquea los receptores de membrana frente a la IgE libre en mastocitos y células cebadas, inhibiendo en consecuencia la liberación de mediadores. La indicación actual incluye pacientes con asma de moderada a severa con niveles elevados de IgE, que permanecen mal controlados con altas dosis de corticoides y beta-2 inhalados. El omalizumab esta disponible únicamente como presentación subcutánea y esta indicada su utilización por encima de los 6 años.

En G. J. Rodrigo, H. Neffen, and J. A. Castro-Rodriguez.Efficacy and safety of subcutaneous omalizumab versus placebo as add on therapy to corticosteroids for children and adults with asthma: a systematic review. Chest, 2010; se evalua la eficacia y seguridad de omalizumab comparada con placebo mediante una revisión sistemática de ensayos clínicos realizados al efecto. Se escogen 8 ensayos clínicos entre 118 estudios releveantes, lo que supone 3429 pacientes. Los pacientes que toman omalizumab precisan menos corticoides que los que reciben placebo y presentan menor riesgo de exacerbaciones de asma, precisando menos dosis de medicación de rescate. Los datos sugieren que este efecto podría ser independiente de la duración de tratamiento, edad y severidad del asma. La frecuencia de efectos adversos registrados fue similar a placebo. La dosis recomendada de omalizumab es de 0.016 mg/Kg cada 2-4 semanas.
  Prof. Dr. José Uberos Fernández

Alergia al kiwi

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 28 de Diciembre de 2005)
El Kiwi es una fruta originaria del valle de Yangze en China, desde donde fue exportada a Nueva Zelanda y de ahí al resto del mundo; iniciando su cultivo comercial a finales del la década de 1930. La composición del Kiwi puede consultarse en la Tabla destacada a pie de página.
La alergia a este fruto fue descrita por primera vez en 1981, relacionados con una sintomatología de predominio oral y anafilaxia. El principal interés de este tipo de alergia radica en la frecuencia de reactividad cruzada con otras alergias como plátano, látex y polen.  J. S. Lucas, S. A. Lewis, and J. O. Hourihane. Kiwi fruit allergy: a review. Pediatr.Allergy Immunol. 14 (6):420-428, 2003; publican este artículo de revisión sobre este tipo de alergia, destacando los aspectos mas novedosos conocidos hasta el momento. Puede también consultarse la página de Internet:  Internet Symposium on Food Allergens.
La alergia al kiwi se ha relacionado en el momento actual con dos principales alergenos Act c1 y Act c2 (ver Tabla anexa):
Proteins / GlycoproteinsAllergen NomenclatureReferences
Actinidin (30 kDa) Act c 1Pastorello et al. 1998
43-kDa-Allergen Act c 2 *Möller et al. 1997a
Allergens: 13, 22, 30, 67 kDanoneMöller et al. 1997b
Allergens: 10-12 kDa, 20-25 kDanoneVoitenko et al. 1997
Allergens: 12, 17, 24, 28 kDanonePastorello et al. 1996, 1998
12 Allergens: 15-94 kDanoneRudeschko et al. 1998
 * proposed name not yet listed in WHO/IUIS Allergen Nomenclature
El principal problema que plantea en el momento actual la confirmación del diagnóstico de alergia a kiwi es la ausencia de estandarización de los extractos de la fruta para su uso en las pruebas cutáneas. La mayoría de los autores realizan una prueba de prick-prick con fruta fresca o extracto acuoso de la fruta extraído exproceso, ya que la mayoría de los extractos comerciales tienen hasta el presente baja rentabilidad diagnóstica. Una técnica descrita para la elaboración de extracto fresco de la piel de la fruta es el siguiente: Se obtuvieron 1,5 g de polvillo de piel de kiwi mediante el cepillado suave de la parte externa de la fruta. Este polvillo se diluyó en 35 ml de tampón fosfato salino (PBS) y se agitó durante 24 horas a temperatura ambiente; posteriormente, el resultante se centrifugó durante 10 minutos a 1000g. El sobrenadante obtenido se pasó por un filtro Millipore de 45 mm.
El papel de la IgE específica es igual de poco claro,  ya que aunque la mayoría de las series comunican una sensibilidad cercana al 100% de los pacientes con síntomas severos, la sensibilidad es muy inferior en los pacientes con síntomas moderados o leves. Se han descrito diversos métodos para aislar los alergenos de la fruta con fines diagnósticos:
Extract / Purified AllergensMethodsReferences
protein extractfresh fruit homogenized in phosphate buffer, centrifuged and dialyzedPastorello et al. 1998
protein extractfresh fruit homogenized in acetone (-40°C), precipitates washed, filtered, lyophylized and, water extractedMöller et al. 1997a
protein extractcomparison of extraction buffers: phosphate-buffered saline and 
borate-buffered saline 
Voitenko et al. 1997
actinidincovalent chromatography (thiol-disulfide interchange)Thomas et al. 1995
43-kDa-Allergen (Act c 2)IEC, SDS-PAGE / electroelutionMöller et al. 1997a
30-kDa-Allergen (Act c 1) and 17, 24, 28-kDa AllergensIECPastorello et al. 1998
   
Composisión del Kiwi.
Nutrients: Content per 100 g  
Energy 217 kJ (51 kcal)Iron 800 µgCarbohydrates
Water 83.8 gPhosphorus 30 mgSucrose 1250 mg
Protein 1.0 gChloride 65 mgGlucose 4490 mg
Lipid 0.6 g Fructose 3540 mg
Carbohydrate 9.3 gVitamins 
Organic acids 1.5 gCarotene 370 µgOrganic acids
Fiber 3.9 gVitamin B1 17 µgMalic acid 500 mg
Minerals 0.7 gVitamin B2 50 µgCitric acid 990 mg
 Nicotinamide 410 µgOxalic acid traces
MineralsVitamin C 20-300 µgSalicylic acid 320 µg
Sodium 4 mg  
Potassium 295 mg  
Magnesium 25 mg  
Calcium 40 mg  

Ref: Deutsche Forschungsanstalt für Lebensmittelchemie, Garching bei München (ed), Der kleine "Souci-Fachmann-Kraut" Lebensmitteltabelle für die Praxis, WVG, Stuttgart 1991
  

Prof. Dr´José Uberos Fernández